jueves, 16 de abril de 2009

Separación


"Entre las malaventuras de este mundo ninguna hay que pueda medirse con la separación". (El collar de la paloma) Hazym de Córdoba muestra la inevitable intuición de que toda separación, incluso la más pequeña de ellas, nos enfrenta con una certeza mayor: La dualidad vida-muerte "La separación es hermana de la muerte".
Es en la separación donde el tiempo deja de ser un concepto y cobra una importancia vital, es en el tiempo donde se libra la batalla de la existencia, la batalla de la relación entre seres que se aman y amando participan de identidad, de existencia, de la intuición de unidad. La impaciencia, la pena, el dolor, la idea también cierta de ser el único ser humano en la tierra que recibe todos los pesares y males del universo, se dan en la separación, ni siquiera el enfermo terminal, o el ser humano ubicado en una situación extrema, tiene tan cierta esta verdad, ésta verdad del amante y por cierto no siempre del amado, es quizá este juego de vida y muerte el que impulsa al amor, no importan los obstáculos, el amante debe reunirse con el amado, aunque sólo sean ciclos cuya repetición se diluye en el tiempo, ciclos de verdades a medias y mentiras que en algunas ocasiones dejan signos que se quedan en el rostro, en la memoria, en el subconsciente.
La separación tiene la fuerza del ideal, de la idea que impulsa la vida, no importa que en ocasiones ésta sea un engaño, o un ciclo más en la experiencia de la vida, es la fuerza que hace vagar en la desolación buscando, hurgando entre la multitud un alma gemela, un engaño que permite vivir la vida y la dota de sentido.
Es la separación la certeza de soledad, certeza del individuo y de la terrible verdad: "Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá". (Job 1:21) En esta desolación y desamparo es el amor la idea que vivifica, el sentido necesario, la voluntad que ayuda a crear un destino, destino del hombre, de la humanidad.
La separación que nos enfrenta a la dualidad vida-muerte de una manera brutal, es aquella separación decisiva... la de la muerte, en ella la dualidad se presenta como la realidad que rompe con todas las ideas y conceptos, donde el dolor del que vive no se mitiga y que lo coloca frente a un universo inconmovible: Es profundamente indiferente saber cúal de los dos, la tierra o el sol, gira alrededor del otro. Para decirlo todo, es una futilidad. En cambio veo que mucha gente muere porque considera que la vida no merece la pena de ser vivida. Veo a otros que se dejan matar, paradójicamente, por las ideas o ilusiones que les dan una razón de vivir (Lo que llamamos una razón de vivir es al mismo tiempo una excelente razón de morir). Juzgo, pues, que el sentido de la vida es el más apremiante de las cuestiones. (El mito de Sísifo. Camus) Sin embargo, es la separación también certeza de libertad, de libre albedrío y quizá una manera de estar cierto de que una relación (no sin ciertas reservas) vale la pena. La separación es también memoria, recuerdo e impulso de vida... La separación es una experiencia que hay que vivir.